Calabazas en otoño y en todos los santos
Estamos ya en el otoño, con la caída del otoño y esas cosas, pero sobre todo con la maduración de los frutos que se han cultivado durante el año.
En términos estudiantiles se solía referir el termino de la «cosecha de calabazas» a la recolección de suspensos que tenía lugar en septiembre cuando se agotaba la última oportunidad durante el curso.
En términos naturales las distintas especies suelen madurar o dar sus últimos frutos a los largo del otoño, es el momento de recoger los alimentos que deberían durar todo el invierno.
Las calabazas forman o formaban parte de cocidos, sopas y similares que al ser servidas calientes durante el invierno resultan muy agradables. También es tiempo de hacer conservas y endulzar unos productos que en un principio son un poco sosos. Algunas conservas como el «cabello de ángel» son muy apreciadas durante todo el año.
Pero la parte mas vistosa de la utilización de las calabazas es su uso cultural y recreativo.
Siempre se han hecho para Todos los Santos calaveras con las calabazas. Coincidían para estas fechas la época de madurez del producto con una tradición ancestral, y en los pueblos donde se vive muy cerca de la naturaleza y sus productos esto resultaba muy evidente.
La urbanización de la sociedad hizo diluirse o abandonar esta tradición.
Curiosamente las influencias culturales exteriores combinado con un evidente interés comercial ha hecho renacer estos usos como si fuera lo mas moderno y original que se puede hacer por estas fechas.
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