Pan de Oro, de Luisa Miñana y editada por Mira, es una novela sobre la vida en los ambientes artísticos de Zaragoza en el siglo XVI.
En el siglo XVI la ciudad de Zaragoza se adentra decididamente en el Renacimiento y vive una de sus épocas más prósperas. En 1518, casi a la vez que el nuevo rey Carlos I, llega a la ciudad el escultor italiano, Pedro Milano, de la mano del acaudalado mercader y consejero real, Juan de Lacasa, con la pretensión de triunfar en su arte. Pero pronto surgirá una enconada rivalidad con Damián Forment, el imaginero predilecto de la sociedad aragonesa, que acabará por arruinarle la vida.
Este es el núcleo argumental de la novela Pan de Oro, de la autora novel Luisa Miñana, que, aunque situada en diferentes momentos a lo largo del siglo XVI, no es en el sentido más estricto una novela histórica. Se trata más bien de una reflexión sobre los avatares y circunstancias de la vida del protagonista, sobre el amor y la amistad, el dolor y la muerte, sobre la pugna por el poder y el predominio, siempre en un entorno en el que los personajes están concebidos como anti-héroes, gente de a pie. Es un relato sobre todo lo que les sucede en la vida a tantas personas a las que aparentemente «no le pasa nada». Al mismo tiempo, la novela, situada en el ámbito de los talleres artísticos de la época, intenta introducir elementos de reflexión en torno al hecho creativo, su naturaleza y razón de ser.
La narración es sostenida por la voz de cuatro personajes co-protagonistas, relacionados en distintas maneras con Pedro Milano: su hijo póstumo, Luis; su colega y amigo, Tomás de Berásategui; su viuda, María de Heredia; y el historiador, Miguel Sánchez, que acaba siendo casi un alter ego de Pedro Milano en los años actuales, en los que, dando un salto temporal, se desarrolla la última parte de la novela. A través de lo que cuentan estos cuatro personajes en sus respectivos capítulos de la novela, descubrimos no sólo cómo transcurría la vida de Pedro Milano, sino también algunos hechos y personajes históricos que, como un caleidoscopio, conforman las circunstancias del tiempo vital del protagonista. Por eso veremos desfilar a gentes como el rey Carlos I, el arzobispo Alonso de Aragón, el impresor Jorge Cocci, nobles como la familia Lanuza, y artistas como Gil Morlanes, Gabriel Joly, etc. Por otro lado, además, cada uno de los personajes-narradores deja ver, a través de su relación con Milano, sus propias dudas, angustias, convencimientos ante lo que le ha tocado vivir.
Con total intencionalidad, los hechos y asuntos históricos, al igual que muchas de las circunstancias personales de los co-protagonistas desgranadas en la novela, fehacientemente tomados desde la documentación de la época, aunque a veces deformados, se intercalan e interpolan con la ficción, cruzando una y otra vez las fronteras entre ellas con descaro y un poco al azar. Se pretende que literatura e historia compartan sus métodos de conocimiento, de acercamiento a la realidad, se fusionen y nos muestren un territorio nuevo, una Zaragoza diferente, situada en otras coordenadas, ficticias pero con referencias suficientes para reconocernos en esa ficción.
En aras de ese reconocimiento, también el lenguaje pretende hacerse eco del tiempo en el que transcurre la mayor parte de la narración y por ello se ha buscado evocar, que no transcribir ni copiar, la formas de expresión del momento. En concreto aquellas que aparecen en documentos y escritos de la vida cotidiana de la época. Estos modos expresivos buscan acoplarse además, en todo lo posible, al ritmo expresivo del irregular discurrir reflexivo de los narradores, que no hablan en realidad, sino que realizan un ejercicio consciente de escritura, y por tanto formulan un discurso más propio de la «autoconversación» que del intercambio de proposiciones e ideas de una conversación compartida.
Acaso, al fin y al cabo, esta narración no sea sino un ejercicio de memoria, que finalmente, y en contra de lo que habitualmente podría suponerse, genera un universo de incertidumbres que sólo parecen superarse a través de las vivencias individuales más próximas y de la emotividad compartida.
Ficha técnica: Pan de Oro, novela, 155 páginas, Mira Editores.
El libro ha sido editado coincidiendo con la Feria del Libro de Zaragoza y está previsto presentarlo el día 29 de junio en el Salón de Actos del Instituto Goya.
Información sobre la novela en http://pandeoro.blogia.com
Datos autora: Luisa Miñana. Licenciada en Filosofía y Letras. Funcionaria del Gobierno de Aragón. Dedicada durante varios años, a trabajos la investigación en Historia del Arte, formando parte de un equipo de investigación que ha publicado más de veinte trabajos. Destaca entre ellos el libro «El retablo aragonés del siglo XVI. Estudio evolutivo de las mazonerías» (1993). Colabora habitualmente y coordina la revista digital cultural «El Cronista de la Red» (www.pasapues.es/aragonesasi/cronista). «Pan de Oro» es la primera novela.
Archivado en: Aragón, Arquitectura, Arte, Literatura, Zaragoza by admin |
0 Comentarios »