MEDIO NATURAL DE NOMBREVILLA

Nombrevilla se halla enclavada en la Cordillera Ibérica, dentro de la denominada depresión Teruel-Calatayud, que divide a esta cordillera en dos ramas, la aragonesa y la castellana.

Esta situación le proporciona un clima continentalizado y riguroso, frío y seco. Las altitudes del término municipal oscilan desde los 850 metros de la rambla de San Julián hasta los 1046 metros del vértice Anento.

En el término se encuentran dos ambientes diferenciados: una muela o plana arcillosa, que cae sobre unas colinas pedregosas de suelo rojo. La primera da un paisaje abierto y homogéneo. Las segundas ofrecen multitud de barrancos que van a dar al río Jiloca.

Encinar en Nombrevilla
Carrascal de la Dehesa de Valmayor

Campos de cereal en la Cañada
Campos de cereal en la Cañada

La vegetación potencial corresponde al encinar (Quercus ballota), del que queda un reducto en la denominada Dehesa de Valmayor.
La mayor parte del terreno está ocupada por campos de labor dedicados a cereal de secano y girasol aunque quedan zonas esteparias bien conservadas. En el fondo de los barrancos quedan restos de bosque de ribera compuesto por álamos (Populus canescens). Al pie de la muela se extiende un pinar de repoblación a base de pino carrasco (Pinus halepensis).

En los últimos años la concentración parcelaria y prácticas abusivas han ocasionado un grave impacto ambiental destruyendo zonas de vegetación natural, linderos y ribazos y diversos puntos de agua y manantiales. Esto ha ocasionado importantes pérdidas paisajísticas y ha acentuado los problemas erosivos.

En la zona llana de campos de cereal alternando con zonas esteparias se encuentran especies de aves como la alondra de Dupont (Chersophilus duponti), la avutarda (Otis tarda), el bisbita campestre (Anthus campestris) y diversos aláudidos.

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